viernes, 21 de noviembre de 2008

Detalles a Percibir

Muchas veces en nuestra vida diaria y por ende en su rutina, no nos percatamos de los pequeños detalles inmersos en cada uno de sus preciados momentos, sentimos a veces que el andar se vuelve tedioso y a veces hasta antagónico a nosotros mismos. La rutina nos va envolviendo cada hora que vivimos colocando esa capa enceguecedora la cual nos paraliza ante lo que evidentemente que esta a nuestro alrededor, esto suele suceder en todos los lugares donde nos toca desempeñarnos, en el hogar, al hacer las compras, manejando el auto, en nuestros sitios de trabajo y todos aquellos lugares que frecuentamos los cuales toman parte de ese tiempo establecido y que esta destinado para cumplir todos nuestros compromisos.
Ahora bien sobre este particular, los seres humanos somos máquinas constructoras de procesos que se van tejiendo a nuestro alrededor, el problema radica en que gracias a nuestra mala actitud de anteponer juicios, de vivir la vida fugazmente, deseando reiteradas veces que el día termine lo más rápido  para irnos a descansar y de no ver más allá de lo que nuestra vista pueda alcanzar utilizando todos nuestros sentidos, no nos damos a la tarea de convertirnos en  entes activistas y participantes de todos esos hermosos procesos que nos circundan. Ante esta situación, el punto está en que no somos detallistas de momentos y circunstancias, que vemos la vida como un todo y no como elementos que forman parte de un conjunto.
En este sentido, bien reza el dicho nunca es tarde para cambiar; pero ¿qué actitudes se deben cambiar?,  debemos entender que, el vivir intensamente cada momento del día con sus horas, minutos y segundos del presente, haciendo de estos, constructores mágicos que nos ayuden a agudizar nuestros sentidos y observadores continuos de lo que nos rodea con sus pros y sus contras; nos lleva a la reflexión, al entendimiento, a la comprensión,  pero ante todo, a la mejor aprehensión de nuestros valores, para una correcta toma de decisiones y en consecuencia a la placentera y buena resolución de los problemas.En fin descubrir día a día, que la felicidad está únicamente donde debe estar, dentro de nosotros mismos. En consecuencia, somos nosotros mismos quienes decidimos si estar felices o no.