viernes, 18 de noviembre de 2011

CUENTOS PARA NIÑAS Y NIÑOS. MARÍA LORENA CARRERO: RINOBRE

CUENTOS PARA NIÑAS Y NIÑOS. MARÍA LORENA CARRERO: RINOBRE

RINOBRE


Conoce a un amigo algo extraño
Del país de las Hadas
donde hay castillos plateados
y muchos caballos morados.

Rinobre es mi amigo,
del tamaño de un dinosaurio
con alitas pequeñas
como la de los pájaros,
con pico dorado
de oro importado,
con patas tan largas
como la rana verde azulada
y  cuerpo de rayas
llenitas de escarchas.

Rinobre en el país de las Hadas
reparte a diario la prensa
con su casco en la cabeza
y montado en bicicleta.

Rinobre con su pico dorado
de oro importado
lanza los periódicos
hacia  los palacios
y sólo a los castillos plateados.

Pero un día el Rey del castillo plateado
estaba muy enojado,
su periódico siempre
estaba todo picoteado.
Entonces, ordenó para Rinobre
un carrito importado
que lanzara  periódicos
eso sí, de color plateado.


Rinobre con su pico dorado
de oro importado
pisa el botón anaranjado
del carrito plateado,
los periódicos salen disparados
a las puertas de los palacios
 y castillos plateados.

Y el Rey alegre
ahora su prensa lee
ya no hay páginas picoteadas
por el pico dorado
de oro importado.

Todos en el País de las Hadas
Quieren mucho a Rinobre,
porque trabaja todos los días
con responsabilidad
y bastante alegría.

lunes, 27 de junio de 2011

Al compás de los minutos.


Con movimientos lentos y pausados,
lentamente camina  frente a mi ventana,
 de esbeltez alta, algo encorvada,
con mirada al vacío
como resolviendo acertijos.
Siempre refugiada en sencillos vestidos
Que dejan  entrever encajes de refajo antiguo.
Una sombrilla de espacios y colores diluidos,
lleva abierta para cubrirse del  sol,
de la lluvia o de lo que simplemente,
a su paso encuentre inclemente.

Rutina diaria plenamente forzada,
que se despliega en minutos
sólo con el compás del viento escoltada
agradeciendo enmudecida toda ayuda no ofrecida
de la gente que pasa sin siquiera notarla.

 De pronto, se congela un minuto de la gris marcha,
se detiene el mundo para reflejar las canas,
el tiempo implacable hace su aparición macabra
de exterminios latentes con furor amenazante
que van poco a poco desvaneciendo las ganas.

Y las fuerzas no la sostienen,
 busca refugio, incorporando su cuerpo lentamente
para sentarse en la acera del frente,
sus piernas débiles piden un descanso continuo.
facciones  dolorosas remedan el disimulo
pidiendo a la vida esos frágiles minutos,
la brisa ligera se convierte en sutil anhelo,
sus manos largas, maltratadas por el tiempo,
acarician fugazmente sus piernas arrugadas
que alientan  a seguir porque es hora de la partida,
y en lucha rebosante desafiando el tormento
se incorpora lentamente con la cruz a cuestas,
y al compás de los minutos, enfrenta su lucha interna,
entonces, la marcha sigue porque el destino espera
sólo con los fieles acompañantes  de la  edad tercera
la soledad errante y un lecho que espera.